martes, 30 de septiembre de 2008

Los bulos se disfrazan de noticias en la Red





  • La escalada de 'ciberrumores' fuerza a dirigentes y empresas a desmentirlos, pero eso aumenta su efecto
  • Algunas voces sugieren revisar las reglas de Internet para distinguir la información veraz

Por C. PÉREZ-LANZAC 30/09/2008

El rumor siempre existió, pero lo que en el pasado era leyenda urbana se amplifica en grandes bulos a través de Internet. Afectan a empresas, políticos o individuos y han generado tal preocupación que el Parlamento Europeo decidió la semana pasada abrir un debate para poner ciertos límites a los blogs. El mismísimo Tim Berners, padre de la World Wide Web, ha creado una fundación para estudiar, entre otras cosas, la fiabilidad de los contenidos.

El pasado 24 de septiembre decenas de personas empezaron a formar cola ante las sucursales en Hong Kong del Bank of East Asia (BEA), uno de los bancos más importantes de la ex colonia británica. Eran clientes y querían retirar sus ahorros en ese mismo instante. Estaban nerviosos. Todos ellos habían sido alertados vía correo electrónico o SMS de la supuesta quiebra inminente de la entidad, afectada por la de Lehman Brothers y por la crisis financiera. El mensaje seguramente había llegado procedente de algún familiar o un amigo con muy buena intención. Lo que no está tan claro es que su origen fuese igual de inocente. ¿Un competidor con muy mala baba? Es probable.

Alarmadas, las sucursales empezaron a repartir octavillas entre los clientes que hacían cola para dejar de serlo, pero eso no frenó el pánico. Pocas horas más tarde, la entidad se veía obligada a publicar un comunicado blandiendo su higiene contable. El responsable de la autoridad monetaria de Hong Kong, Joseph Yam, también salió en su defensa: "Puedo confirmar categóricamente que los rumores son infundados".

Quizá en los últimos días usted haya recibido un correo similar. En España empiezan tímidamente a circular SMS alertando de la debilidad de tal o cual banco. Y la rumorología tiene en la actual preocupación económica un caldo de cultivo ideal (el 44% de los ingleses, que ha visto caer varias entidades en los últimos dos años, teme que su dinero no esté a salvo en el banco, según una encuesta de The Times). El rumor de toda la vida que antes circulaba entre una pequeña proporción sumado al genial, y en este caso muy peligroso poder de difusión de las nuevas tecnologías, hace que rápidamente su alcance se multiplique por ¿cien? ¿mil? ¿un millón? Depende del interés que suscite la "noticia" o bulo en cuestión. Los que afectan a nuestro bolsillo siempre se difunden con velocidad. Y un rumor de este tipo lanzado en el momento adecuado puede provocar una espiral de pánico, una cadena de desastres económicos.

Estamos rodeados de bulos, no es nuevo. Y los hay de todo tipo: interesados y bienintencionados. Empresariales o chismosos. Sobre productos que consumimos diariamente o sobre personajes famosos. Hagan un repaso mental. Está el de Ricky Martin encontrándose a una niña y su perro en Sorpresa, sorpresa; el de los 4.000 judíos que no fueron a trabajar al World Trade Center el 11-S; el de los móviles que explotan de repente; los idilios de José María Aznar con Rachida Dati, la ministra francesa de Justicia, o con la actriz Cayetana Guillén Cuervo; el de que Tommy Hilfiger es racista y nunca utiliza modelos de color... También los hay muy crueles. Hace meses se corrió la voz de que España iba a abrir un proceso de regularización extraordinario, lo que atrajo a cientos de inmigrantes con falsas esperanzas. Imaginen su decepción posterior.

De entre todos los bulos, los políticos son de los más populares y peligrosos, ya que muchos acaban calando en el imaginario colectivo y sus consecuencias son difíciles de medir. El pasado 9 de septiembre, en vísperas del séptimo aniversario del 11-S, el corresponsal de The New York Times en Egipto, Michael Sackman, contaba que entre un gran número de egipcios sigue calando la idea de que EE UU e Israel estuvieron implicados en el atentado. Una impresión que confirma Haizam Amira Fernández, investigador del mundo árabe del Real Instituto Elcano. "Cuando hablo con árabes lo vivo constantemente. Un número muy elevado de ellos, gente formada, cree que Al Qaeda es una invención de EE UU".

En China, un gran porcentaje de la población está convencida de que existe un complot internacional para desacreditar al país y de que la información que se dio sobre las protestas del Tibet estaba hinchada por medios interesados. Por no hablar de España, donde tenemos nuestra buena dosis de bulos políticos. ¿Qué efecto tienen estas ideas en nuestros votos, en el rumbo de nuestros países y en general del planeta?

La pregunta del millón es por qué siguen calando tantos bulos. Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, tampoco se lo explica. "Míranos a nosotros. Por más que denunciamos las mentiras que circulan por Internet, por más que avisamos a la gente de que no reenvíe los mensajes en cadena que recibe y que no se los crea, el año pasado unas 3.000 personas cayeron víctimas del phising (estafa electrónica). ¿Por qué sigue picando la gente? Porque necesita recibir noticias que les gusta oír. Y lo que no podemos enseñar a la gente es a tener sentido común". La opinión de Ofelia Tejerina, abogada y experta en nuevas tecnologías, va en esa línea: "Normalmente cuesta más contrastar una información que creérnosla. Es una máxima de vida, no sólo del universo Internet. En general nos creemos lo que nos cuesta poco creer". "Para que un rumor se difunda tiene que tener alguna base, aunque sea un vago referente", reflexiona Fermín Bouza, catedrático de Sociología y experto en opinión pública. "Y luego están los bulos incontrastables, los imaginarios, a los que se apunta enseguida la gente fantasiosa y que no se van nunca precisamente por ser incontrastables. Permanecen. Los rumores son viejísimos y están muy estudiados. Cuando uno empieza a circular la gran duda de sus protagonistas es si conviene desmentirlo o no. Hace tiempo se salía al paso convocando ruedas de prensa para desmentirlos, pero eso es lo peor que se puede hacer porque supone hacerlo oficial".

La responsable de relaciones públicas de una importante empresa que se ha visto implicada en varios bulos en los últimos años, explica cuál es su forma de actuar cuando surge uno nuevo: "Lo más importante es no sobrerreaccionar. Eso es fundamental. Lo primero que hay que hacer es medir el impacto del bulo. ¿Que 100 clientes te llamen para informarse sobre el rumor en cuestión es mucho o poco? Una vez calculamos su alcance, puede que decidamos poner en marcha un plan de crisis para frenar una caída del reputational risk que lo llamamos (el riesgo de reputación). Pero hay que ser prudente en la reacción, mantener la tranquilidad y aguantar el tirón. Nunca se debe acudir a los medios. Aunque parezca increíble, lo peor que te puede pasar es que salga una noticia sobre el asunto incluso para desmentir el rumor y defenderte. Si es necesario se lanza una campaña de información (publicidad, entrevistas...), pero siempre con información pro activa, nunca negativa".

Esta máxima es aceptada por la mayoría de quienes se habían sentido afectados por rumores, por eso muchos se sorprendieron cuando José María Aznar decidió desmentir su supuesto idilio con Rachida Dati, multiplicando él mismo la difusión del rumor. El Bank of East Asia, desesperado, también optó por tranquilizar a sus clientes. ¿Habría aterrizado esta noticia ante sus ojos si no lo hubiese hecho? ¿O se habría quedado el banco sin depósitos si hubiese permanecido en silencio?

Internet, con su rapidez y su facilidad para opinar en el anonimato, se ha convertido en la portería del mundo. "La Red es el mundo del bulo por excelencia", continua Bouza. "La única manera sana de navegar por Internet es siendo absolutamente escéptico. Antes de creer cualquier cosa hay que ponerla en cuarentena porque estamos rodeados de bulos", insiste. "El conventillo o chusmerío propio de las pequeñas villas, se ha trasladado también a la Red", insiste el psicólogo Roberto Balaguer, experto en tecnología. Es tal la cantidad de spam, rumores, tonterías que circulan en correos, blogs y webs que al invento del siglo le está costando la reputación. "El chusmerío en parte ha tirado por tierra aquellos deseos muy políticamente correctos de los inicios de Internet de que permitiría hacer oír la voz de la gente y que eso traería consigo una mejor ciudadanía, etcétera", explica Balaguer. "La Red se parece cada vez más a la otrora llamada vida real. Las teorías conspirativas generalmente se difunden porque se sigue la lógica del 'por las dudas", continúa. "Difundir no implica necesariamente tomar posición, pero uno da cuenta al hacerlo de estar alerta frente a las posibilidades que sea cierto. Los bulos funcionan como un movimiento bajo las aguas, sobre el lecho marino, que a veces forma una pequeña ola y otras un gran tsunami más allá de corresponderse o no con la verdad".

Hay webs que se dedican a desmentir o confirmar algunos de los rumores más populares que circulan por ahí (como snopes.com o museumofhoaxes.com, ambas en inglés). Pero su labor es muy pequeña. La realidad es que los internautas están cada vez más confusos: dos de cada tres tiene dificultades para diferenciar bulo de información, según un estudio realizado entre 2.283 personas por la Asociación de Internautas este año. El 44% de los encuestados calculan que reciben entre uno y cinco bulos a la semana. Aparte de las noticias falsas que llegan a nuestra bandeja de entrada, en ciertas webs y blogs de apariencia periodística se difunden rumores bajo el anonimato y sin necesidad de rectificar si la noticia acaba desmintiéndose. Eso aumenta la confusión. ¿Es esto verdad? ¿Es esta web de fiar? "Hoy hay más voces que suenan y por momentos se torna en una situación cacofónica donde no se sabe quién, cuándo y por qué dice la verdad", explica Balaguer. "Como medidas preventivas frente a esto sólo cabe fortalecer la confianza en las fuentes en una situación donde esas fuentes también deben ir eligiendo y decantando sus propias fuentes en un circuito infinito".

Preocupada por este guirigay virtual, el pasado mes de junio la eurodiputada socialista estonia Marianne Mikko presentó en el Parlamento Europeo un informe animando a la Unión Europea a regular las bitácoras virtuales de sus ciudadanos. "No consideramos los blogs una amenaza, pero es cierto que están en posición de contaminar considerablemente el ciberespacio", explicó la eurodiputada ante la Eurocámara. "El hecho de que no se indique ni se dé a conocer el estatuto de los autores y editores de blogs causa inseguridad en lo relativo a la imparcialidad, la credibilidad, la protección de las fuentes, la posibilidad de aplicar códigos éticos y la responsabilidad jurídica (...). Necesitamos una marca de calidad, que se aclare quién escribe y por qué". El liberal alemán Jorgo Chatzimarkakis apoyó a la diputada estonia argumentando que los blogs pueden ser utilizados "por grupos de presión o empresas para hacer circular sus mensajes (...). Son un potente instrumento que podría llegar a percibirse como una amenaza al pluralismo si no se realiza un seguimiento". Finalmente, el informe fue aprobado la semana pasada (307 votos a favor y 262 en contra). En él, los eurodiputados acordaron abrir un debate para aclarar la responsabilidad de los autores en el contenido que publican o las fuentes que utilizan. Todo esto le ha costado a Mikko una lluvia de críticas en la Red, muchas de ellas por supuesto tras el anonimato que permite la Red y que ella misma critica.

Uno de los que más afectado se ha mostrado por los actuales derroteros de la Red es su propio padre, el matemático británico Tim Berners, uno de los artífices de su nacimiento, allá por 1989. El pasado 14 de septiembre, Berners alertó de la necesidad de separar en la Red los simples rumores de las noticias científicas contrastables. Berners comentó que se sentía preocupado del peligro de que sectores interesados usen Internet para propagar sus ideas. "Cualquier teoría conspiratoria puede llegar a miles de personas y causar un enorme daño", comentó Berners a la BBC con motivo del lanzamiento de su fundación World Wide Web Foundation (http://www.webfoundation.org/), que se dedicará, entre otras cosas, a examinar la fiabilidad de la web.

Pequeños pasitos ante un cóctel difícil de frenar: el atractivo del rumor, la ingenuidad de muchos internautas, el interés de otros y un poder de difusión desconocido hasta ahora y cuyas consecuencias todavía estamos descubriendo.

Leyendas urbanas sobre la UE: ¿mito o realidad?




Noticias de la UE, 21/08/2008

Si algunas noticias sobre la UE te suenan a cuento chino, probablemente lo sean.

“La UE quiere acabar con las unidades de medida tradicionales”, “La normativa de Bruselas silenciará las gaitas escocesas”, “La UE desea imponer límites de velocidad en las autopistas alemanas”.

Cada día se escriben cientos de páginas sobre las iniciativas de la UE. Aunque la mayoría de los medios se esfuerzan por transmitir una información veraz, también hay noticias falsas que alimentan el temor ante los "eurócratas" de Bruselas. Pueden ser de lectura entretenida, pero distorsionan la realidad. Veamos algunos ejemplos:

En junio, varios periódicos británicos dieron la noticia de que la UE pretendía imponer la desaparición del acre, unidad de superficie tradicional en los países de habla inglesa (equivalente a unos 4 metros cuadrados). Sin embargo, la propuesta de la UE no hacía sino reflejar la situación real.

En los últimos 20 años el Gobierno británico ha ido abandonando el acre en favor de la hectárea, que es la unidad de superficie del resto de Europa. Ahora es práctica habitual utilizar las hectáreas en las relaciones con los agricultores y en el registro de la propiedad. Los propietarios pueden seguir utilizando los acres para referirse a las dimensiones de sus tierras, a condición de que también incluyan el equivalente en hectáreas.

Los que los periódicos no cuentan es que la UE también propuso que el Reino Unido conservara otras medidas no pertenecientes al sistema métrico decimal como la milla (algo más de kilómetro y medio) y la pinta (alrededor de medio litro), ya que no plantean problemas para el comercio.

Entre las noticias poco creíbles también está la publicada por The Sunday Times el 20 de abril, en la que se anunciaba que la nueva normativa europea de salud y seguridad acabaría "silenciando" a los gaiteros de Escocia.

Que quede bien claro: la UE no tiene la menor intención de que acallar las gaitas escocesas. Lo que sí quiere es limitar la exposición de los músicos al ruido excesivo, ya que puede acabar reduciendo su capacidad auditiva. Hay muchas soluciones prácticas para lograrlo y ninguna impide que los músicos sigan tocando. Se pueden usar tapones especiales para los oídos, materiales de aislamiento acústico o aparatos que permiten limitar el volumen.

En cuanto a las autopistas alemanas, la UE no pretende imponer ningún límite de velocidad, a pesar de lo publicado el 26 de marzo en Welt online. El cotidiano electrónico alemán afirmó —basándose en declaraciones de grupos de defensa del medio ambiente— que la Comisión Europea limitaría la velocidad antes del fin de 2010 para mejorar el clima y la seguridad vial.

Es cierto que la UE ha hecho un esfuerzo por reducir a la mitad en 2010 el número de muertos en accidentes de carretera. Sin embargo, los amantes del acelerador pueden estar "tranquilos": la Comisión Europea no tiene autoridad para imponer restricciones de velocidad ni en Alemania, ni en ningún otro país.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Ciencia y ficción en internet



BBC Noticias, 15 de septiembre de 2008


¿Confía usted en todo lo que lee en internet? No debería hacerlo porque la desinformación en la red se ha propagado a niveles preocupantes.

Hace falta ayudar a la gente a diferenciar la ciencia y la ficción en internet.

Esa es la advertencia de Tim Berners-Lee, el "padre de internet", creador de la WWW, (World Wide Web).

En una entrevista con la BBC el experto afirma que es necesario buscar la forma de ayudar a la gente a separar los rumores de la verdadera ciencia en internet.

Porque estos rumores, afirma Berners-Lee, pueden llegar a ser perjudiciales.

Sus declaraciones fueron hechas en la semana en que el CERN, la Organización Europea para la Investigación Nuclear (donde el experto hizo su trabajo pionero sobre la red), "encendió" por primera vez su Gran Colisionador de Hadrones (LHC).

En días previos, internet fue usado para propagar rumores de que el LHC crearía un gran agujero negro que aspiraría a todo el planeta.

De igual forma, la red ha sido utilizada para sembrar temores de que la vacuna triple viral (SPR) contra sarampión, paperas y rubéola que se da a los niños en el Reino Unido, es perjudicial.


Etiquetas
Berners-Lee dijo a la BBC que es necesario establecer nuevos sistemas que permitan otorgar a los sitios web una marca o etiqueta de fiabilidad una vez que demuestren que su información es digna de confianza.

"En la red el pensamiento de las sectas puede extenderse rápidamente" dice el experto.

"Y de repente, una secta de 12 personas con profundos asuntos personales descubre una fórmula fácilmente creíble. Una especie de teoría conspiratoria que puede propagarse a miles de personas y que puede ser extremadamente perjudicial", agrega.

Tim Berners Lee y sus colegas del consorcio World Wide Web, han estado investigando formas sencillas de poder clasificar a sitios web.

Pero concluyeron que primero es necesario contar con toda una variedad de distintos mecanismos.

"No me gustaría otorgar a un sitio web una simple número como una especie calificación de coeficiente intelectual", dice.

"Porque, igual que la gente, los sitios web pueden diferenciarse de muchas formas".

"Lo que me interesa es que distintas organizaciones puedan otorgar distinto tipo de clasificaciones a los sitios web".

La entrevista de Berners-Lee con la BBC se llevó a cabo con motivo del lanzamiento de su Fundación World Wide Web, que intenta mejorar la accesibilidad y la forma como funciona internet.

El objetivo, dice el experto, es hacer más fácil que la gente tenga acceso a la red, porque actualmente sólo 20% de la población mundial cuenta con internet.

"¿Acaso internet ha sido diseñado por Occidente para Occidente?" se pregunta Berners-Lee.

"¿Ha sido diseñado para el ejecutivo y el adolescente que viven en una ciudad moderna con un teléfono inteligente en sus bolsillos?"

"Si usted vive en una comunidad rural, ¿necesita un tipo diferente de internet con distinto tipo de instalaciones?"


Más democrática
La Fundación Web también explorará formas de facilitar el uso de internet en los teléfonos móviles.

Esto, dice Berners-Lee, podría aumentar su uso en África y en otras partes del mundo donde hay pocas computadoras pero muchos celulares.

La organización analizará también cómo se pueden llevar los beneficios de la red a aquéllos que no pueden leer o escribir.

"Estamos hablando de la evolución de internet -dice Berners-Lee- quizás ahora se tratará de utilizar gestos o señales".

"Cuando un medio es tan creativo como la red, sólo nuestra imaginación puede imponer límites".

Hay quienes piensan que internet se ha vuelto poco democrático, y que su uso está muy influenciado por las grandes corporaciones y los intereses personales.

Según Tim Berners-Lee, la fundación también analizará estas preocupaciones.

"Creo que este asunto es muy importante y deberá ser aclarado en los próximos años", afirma.

"Una de las cosas que siempre me han preocupado es cómo lograr que este medio permanezca siendo neutral".

"No sólo se trata de que me digan a qué sitio web ir para comprar mis zapatos, que es el incentivo comercial, sino a dónde debo ir para decidir por quién votar".

"O adónde debo ir para decidir a qué tipo de religión quiero o no pertenecer. Y sobre todo, a dónde debo ir para distinguir lo que es la verdad científica, y lo que son sólo sandeces", afirma el creador de la red.




miércoles, 3 de septiembre de 2008

Dos de cada tres internautas españoles no saben diferenciar una noticia de un bulo




La Asociación de Internautas presenta una encuesta sobre la percepción de Internet como medio de comunicación


ELPAÍS.com - Madrid - 03/09/2008

El universo de Internet es poblado por 1.200 millones de personas en todo el mundo, pero el lastre de los bulos o el fraude en línea dañan seriamente su imagen. Tanto que dos de cada tres internautas aseguran que no sabe distinguir una noticia de un bulo. Son datos extraídos de un estudio realizado por la Asociación de Internautas a través de su página web que ha presentado hoy sus resultados.

En total, la asociación ha obtenido 2.283 encuestas realizadas de internautas de los cuales el 80% tienen una edad comprendida entre los 18 y 49 años. Sus hábitos en la Red vienen marcados por la búsqueda de información (el 95% de los internautas la demanda), el entretenimiento (87%), intercambio de archivos (74%) y la participación en chats y foros (71%).




Sin embargo, la demanda de la información genera un dilema: ¿suscita confianza el contenido que ofrece la Red? De los encuestados el 35% de los internautas cree que saben diferenciar una noticia de un bulo, mientras que el 63,5% confiesa que sólo a veces lo distingue.



Los medios tradicionales, los mejores valorados en la Red
Las cabeceras tradicionales tienen la mejor estimación en su vertiente digital. Según el estudio, esta clase de medios obtiene una puntuación de 3,53 sobre 5 puntos. Una cifra que les sitúa seis centésimas por encima de la media y 30 por encima de los digitales, los cuales están al mismo nivel que la radio (3,13) y los medios escritos de pago (3,11). Los peor valorados por los internautas son los foros - el 58% de los encuestados creen que es el principal origen de los bulos- y los blogs que suscitan recelos en el 23% de los encuestados. Sin embargo, las bitácoras también se constituyen como un medio en auge al que acuden el 71% de los encuestados.

Por otro lado, la encuesta revela que los encuestados tienen que la percepción de recibir un alto número de bulos. Más del 44% creen que reciben entre uno y cinco y el 35% sitúa esa cifra entre cinco y 20.

Sólo un 68% lo percibe como una molestia, pero a ello hay que añadirle que el 24% les concede una cierta credibilidad y todavía un 7% les otorga mucha credibilidad. En definitiva, cerca de un 31% cree en los bulos. Si estos mismos datos fuesen extrapolados al volumen de internautas que hay en España y de forma científica se verificasen los efectos del bulo sobre la imagen, la seguridad, el prestigio, etc. son, ciertamente preocupantes.

El bulo más conocido en el último año (72%) es el que hacía referencia a la eliminación de las cuentas de Hotmail si no se remitía el correo electrónico. El 42% de los usuarios también había recibido la falsa noticia que atacaba los beneficios de Actimel. Los bulos destinados a generar alarma social también han sido muy enviados en el último año.