miércoles, 8 de agosto de 2007

El tráfico de órganos y las leyendas urbanas










Por Carlos Quispe Gerónimo


Dos recientes conversaciones con taxistas me han traído a la memoria un tema clásico en las leyendas urbanas: el tráfico de órganos. En ambos relatos se hacen presentes aspectos similares: personajes que eran “pepeados”[1] por bellas damiselas y que al despertar lo hacían en una tina con hielo o en el cuarto de un hostal de media estrella con algún órgano extirpado.



La leyenda es bastante conocida, pero sigue teniendo arraigo en sociedades como la nuestra, donde la inseguridad ciudadana es uno de los problemas que más afecta a la población. Sin embargo, la historia se hace presente en muchas sociedades incluida la estadounidense, donde ha tenido muchas variantes.


Al respecto, Jorge Alcalde señala[2] que:

Un simple rastreo en Internet sobre el tema servirá para encontrar centenares de referencias a una de las leyendas urbanas más propias de nuestra edad contemporánea. Desde el turista desprevenido que, tras tomar unas copas con una bella nativa, se despierta metido en una bañera de hielo y sin riñón, hasta el millonario estadounidense que recorre el Tercer Mundo en busca de un niño parecido a su hijo para proponerle la compra de una víscera vital. La cantidad de testimonios y la aparente lógica de la desesperación humana (sobre todo cuando se trata de salvar la vida de un hijo) dotan a estas historias de una emotiva credibilidad. Pero, más allá de eso, resulta imposible encontrar entre la comunidad científica, las autoridades sanitarias, los expertos en trasplantes y la policía una opinión crédula al respeto. Es más, es absolutamente unánime la advertencia de que la creación de redes internacionales de comercio de órganos vivos es poco menos que imposible.

Este último punto es bastante polémico. La mayoría de opiniones que avalan de cierto modo estas historias es que en regiones como Latinoamérica, existen mafias organizadas que se dedican a esta práctica. Diversos estudios demuestran que la logística para este fin hace que esta tarea no sea viable.
¿Pero donde nace la historia? Echemos una mirada a este aspecto




El caso de la película Coma


La década de los setentas se vio conmovida, cuando en 1978, se estrenó Coma cinta basada en un guión de Michael Crichton y Robin Cook, en la que un equipo de perversos médicos extrae órganos sanos de pacientes comatosos. Desde entonces, no han dejado de aflorar truculentas historias de tráfico de vísceras. Junto a ellas, aunque de manera más tímida, tampoco ha dejado de oírse la voz de autoridades en la materia advirtiendo de la falsedad de tales relatos.



En el mundo real, opuesto al mundo de la ficción, los procedimientos de trasplante de órganos se han desarrollado en varios países, los cuales han estado acompañados por el desarrollo de directrices éticas diseñadas para salvaguardar a los pacientes de posibles abusos, asegurar la equidad en la distribución de los órganos, prohibir la venta de órganos y proteger los derechos y la sensibilidad de los implicados en los procesos de trasplante.



En los Estados Unidos, las historias sobre robo de órganos son expresadas usualmente en la forma del mito del “robo de riñones”. Jan Brunvand, especialista en folklore de la Universidad de Utah, describe en su libro "El fabuloso mundo de las leyendas urbanas " una forma típica del relato:


Quiero poneros sobre aviso de una nueva red criminal que tiene como objetivo a los hombres de negocios. Es una red bien organizada, bien constituida, con personal muy preparado y en la actualidad opera en la mayoría de las ciudades importantes, últimamente, en Nueva Orleans. El crimen comienza cuando el hombre de negocios que está de viaje se va a tomar una copa al final de una dura jornada de trabajo. Una persona del bar se le acerca y se ofrece a invitarle a una copa. Lo último que recuerda el viajero hasta que despierta en la bañera del cuarto de baño sumergido hasta el cuello en el hielo, es que se estaba tomando esa copa. En la pared hay una nota pegada con cinta adhesiva indicándole que no se mueva y que llame al 911. Junto a la bañera han dejado un teléfono encima de una mesita, para que llame. El viajero llama al 911, donde ya conocen sobradamente el crimen. El operador del 911 le indica, donde ya conocen sobradamente el crimen. El operador del 911 le indica al viajero que, con mucho cuidado y muy lentamente, se palpe por detrás y compruebe si le sale un tubo por la parte baja de la espalda. Así lo hace este, que encuentra el tubo y contesta “Si”. El operador del teléfono de emergencia le dice que se quede quieto, que ya han mandado una ambulancia en su ayuda. El operador sabe que el viajero le han robado los dos riñones. Esto no es una broma, si está sacado de una novela de ciencia ficción, es real.


La historia tuvo tal arraigo en la sociedad estadounidense, que la American West Airlines dirigió un aviso a los hombres de negocios advirtiéndoles de este peligro.


Bengt af Klintberg, especialista sueco en folklore, ha escrito un libro de varias leyendas urbanas llamadas "Den Stulna Njuren" ("El riñón robado "). En las versiones europeas de la historia, los viajantes europeos han sufrido el robo de sus riñones después de estar en un bar en Bangkok, Tailandia, en Brasil, en Estambul, en los Balcanes o en el norte de África. El mismo autor refiere que algunas versiones de la leyenda refieren que hay “bandas” dedicadas a esta práctica, aunque anota que es más extendido en países de habla germana que en Escandinavia. Asimismo, indica que las historias de estas bandas” tiene lugar en ciudades como Tunisia, Venecia o en España en las primeras versiones, pero desde otoño de 1991, las ciudades fronterizas a Alemania, como Amsterdam, Verlo o Estrasburgo se han convertido en las ubicaciones ideales para el desarrollo de estas historias. La supuesta veracidad de la historia alcanzó tal controversia que muchos diarios alemanes tuvieron que publicar desmentidos.


En cambio en Latinoamérica, el tráfico de órganos de niños es una adaptación de la versión del “riñón robado”. En las historias “extranjeros millonarios” o una “mafia de órganos” son los villanos en el escenario. En vez de adultos victimizados en ciudades grandes y peligrosas, los niños son las víctimas. Este relato de cierta forma está conectado con el creciente aumento de adopciones por parte de europeos y estadounidenses de niños asiáticos o latinos. También se debe tener en cuenta que los niños son el sector de la población más vulnerable y por lo general son un foco de mitos que reflejan miedos y ansiedades.



El tráfico de órganos de niños en Latinoamérica

En relación a este tema, la especialista francesa en folklore Veronique Campion-Vincent[3] afirma que el tráfico de órganos de niños es una versión “actualizada y tecnologizada” de una fábula inmemorial. El argumento de esta historia es que un grupo de niños son raptados y asesinados por malvados foráneos. Las acusaciones de secuestros y rituales de muerte hechas contra los cristianos en la antigua Roma y contra los judíos a través de la antigüedad, son parte de estas historias. Las abducciones de menores en la Francia del siglo XVIII fueron explicadas mediante razones médicas: la necesidad de baños de sangre de un rey leproso o una princesa que necesita un nuevo brazo, por lo que es necesario un miembro para reemplazarlo .


Pero lo más interesante de la explicación de Campion-Vincent es en sí el origen del trasfondo de este relato en la región. El primer hecho reportado al respecto apareció en los medios de comunicación internacionales a inicios de 1987. El 2 de enero de ese año, el periodista Danilo D. Antunez del diario hondureño “La Tribuna” publicó una entrevista a Leonardo Villela, secretario general de la Junta Nacional de Bienestar Social de ese país, quien reveló que en diciembre de 1986 se descubrió en la ciudad de San Pedro de Sula cuatro casas clandestinas de “engordes” donde 13 niños de origen desconocido, arrebatados presumiblemente a madres pobres, que esperaban ser adoptados. Bermudez explicó que los extranjeros estaban dispuestos a adoptar a los niños por razones humanitarias cuando en realidad lo que pretendían era desmembralos y usarlos para los trasplantes de órganos en Estados Unidos. Incluso mencionó que el precio a pagar por cada uno era de 10 mil dólares. El funcionario repitió la acusación el mismo día en la televisión a través de Vica TV y a través de Radio América.


El 3 de enero de 1987, Villela escribió a “La Tribuna” para negar la historia: sólo había repetido suposiciones de algunos trabajadores sociales, pero Antunez respondió que contaba con la grabación de la entrevista. Bastó solo un mes para que esta historia comenzara a replicarse en muchos países latinoamericanos y europeos.


El 5 de febrero de 1987, la misma historia apareció en Guatemala. Esta vez el denunciante era un oficial de la Policía, Baudillo Hichos Lopez quien relató que 14 niños, 11 de ellos recién nacidos, habían sido encontrados en una casa de adopción clandestina, el precio a pagar por cada uno de ellos era de 20 mil dólares. A pesar de que la historia fue desmentida la historia creció y creció, alcanzando a “Volkskrant” en Holanda el 7 de marzo y Nin en Yugoslavia el 15 de marzo. Leonardo Villela Bermudez y Baudillo Hichos Lopez fueron en algunos casos citados como testigos claves de las historias, pero nunca se publicaron sus desmentidos.


El 5 de abril de 1987, “Pravda” publicó un artículo en el que un corresponsal mexicano hablaba de “miles de niños hondureños enviados a Estados Unidos para ser usados como donantes de órganos para los niños de familias ricas”. La historia fue retransmitida por la agencia Tass y alcanzó magnitud mundial. La misma historia fue publicada en Francia por el diario comunista “L'Humanitté”.


El 5 de mayo de 1987, un proyecto de resolución fue presentado por el Parlamento Europeo por representantes de la izquierda italiana, condenando el tráfico. El proyecto no pasó a la Asamblea, pero empezó a redactarse una declaración a la Comisión de Comunidades Europeas que respondió con una negativa el 23 de julio. El 25 de julio de 1987, un artículo publicado por “Izvestia” señalaba que “solo la la arrogancia estadounidense expresada a través del desdén racista a la población latinoamericana daba una licencia caníbal” y añadía que “médicos carniceros removían riñones, ojos, y todo lo que sea necesario para salvar a los niños estadounidenses”. El hecho motivo una reacción inmediata de DEI, Organización No Gubernamental (ONG) de derechos humanos con sede en Ginebra y con fuerte influencia en Naciones Unidas y en la OIT, que exigió mayores alcances. El periodista de “Izvestia” tuvo que admitir que había tergiversado su artículo.


El 15 de setiembre de 1988, una resolución fue presentada al Parlamento Europeo por Danielle de March, representante francesa afiliada al Partido Comunista, condenando el “sacrificio de niños usados como reemplazos de partes humanas”. Lo curioso del caso: fue adoptado entre aplausos.


Lo que queda claro entonces es que la historia empezó a ser usada como propaganda contra Estados Unidos y el hemisferio occidental por comunistas e izquierdistas de países subdesarrollados. El tema tuvo un importante impacto en la esfera política y atrajo la atención como ejemplo de desinformación sistemática y de las disfunciones de los medios internacionales.


Campion-Vincent añade que la versión fue mejorada por profesionales de la manipulación de la opinión. A pesar de la resolución del Parlamento Europeo, la historia hubiera pasada desapercibida si no hubiera obtenido el apoyo de comunistas ortodoxos ni de los miembros de partidos de apoyo al Tercer Mundo como el Partido Radical de Italia.


Habría que mencionar que en este caso las ONG también jugaron un rol a favor de la difusión de la historia. En algunos casos usaron esta historia para la obtención de recursos. En algunos casos comulgaron con esta propaganda y rechazaron los desmentidos que se publicaron en diversas agencias.


Sin embargo, cabe destacar el rol de la FIDH (Federación Internacional de Derechos Humanos) que investigó por su cuenta la historia y mostró que la historia era falsa. El 23 de setiembre de 1988, la FIDH anunció que 2 abogados enviados a Guatemala para investigar el caso de “un eventual tráfico de órganos”, concluyeron que no había pruebas al respecto en ese país ni en la región. En cambio, denunciaron la compra de menores para adopciones ilegales.


El informe Leventhal

En 1994, la Agencia de Información de Estados Unidos encargó a Todd Leventall, especialista en desinformación y contrainformación de ese país, un estudio sobre el tráfico de órganos en niños[4], ante un pedido del Relator Especial de Relator Especial sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía de Naciones Unidas.

Ese mismo año, la leyenda había resucitado a través de un documental de la televisión francesa titulado “Voleurs d'organes" que mostraba supuesta evidencias de tráfico de órganos de niños. El documental fue producido por CAPA y narrado por Marie-Monique Robin. Fue exhibido en diversos países, y fue mostrado al Centro de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra, por cortesía de la International Association of Democratic Lawyers (IADL). La IADL señalaba que:

la cinta presentaba evidencia irrefutable de “tráfico criminal de órganos extraídos a niños indigentes


El reporte demostró que los rumores de tráfico de órganos de niños eran una “leyenda urbana”. Señalaba que la credibilidad del mito se deriva del hecho que es contado a un público amplio y establece que existe una gran ansiedad inconsciente acerca de la mutilación y la muerte que son estimuladas por los avances en el campo de trasplante de órganos en los recientes años. Asimismo, advertía que si bien esta historia solo puede ser de interés para quienes estudian el folklore, había que tener en cuenta los efectos perniciosos que puede conllevar, estimulando ataques violentos a ciudadanos estadounidenses y otros, acusados de adopciones ilegales o de posibles extracciones de órganos.


“La extracción de órganos a niños peruanos”

En 1994, Eric Sottas[5], director de la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) presentó un documento acerca del “Comercio de Órganos y la Tortura”. En el documento, mostraba su creencia de “la emergente evidencia que apoya las sospechas de una red involucrada en el tráfico de seres humanos para trasplante de órganos”. Entre los 6 países latinoamericanos en los que funcionaría esta red estaba Perú.


Sottas citó un artículo de Maite Pinero publicado en agosto de 1992 en "Le Monde Diplomatique", donde se señalaba que “en el Perú un total de mil niños fueron enviados por el abogado estadounidense Patrick Gagel a su país y a Italia en 30 meses” para extraerles órganos. Además, en el mismo material se citaba el caso de Villela.


En efecto, el abogado fue arrestado en Perú en 1992 acusado de tramitar adopciones ilegales. Gagel quien había llegado al país en 1989 bajo una beca Fulbright ayudó a reformar el sistema de justicia criminal en el país e inició un servicio de adopción en 1990 junto a un abogado peruano. En un artículo publicado por “Los Angeles Times” Gagel dijo que al entonces comandante PNP Víctor Prado, jefe de la División de Personas Desaparecidas de la Policía, le había pedido 300 dólares por cada certificado, pero él se había negado a pagar.

El mismo oficial lo había acusado de operar una red de tráfico de niños junto a 22 peruanos. Los ciudadanos peruanos incluían los propios empleados de Gagel, su socio, madres indigentes que cuidaban a los bebés para adoptarlos y personas cuyos nombres “fueron encontrados en una tarjeta”, pero que el abogado negó conocer.


Sin embargo, el artículo de Pinero nunca mostró evidencias factibles sobre este caso y se limitó a repetir alegatos sin sustento. Por el contario hizo afirmaciones que consolidaron aún más la leyenda:

Nadie niega la existencia de un mercado clandestino [de órganos] de la muerte. Las poblaciones miserables del Tercer Mundo son sus víctimas. Después del oro, plata y piedras preciosas, después del petróleo, el algodón, ¿la búsqueda de órganos es la versión moderna del saqueo de norte a sur?


Conclusiones


Si bien es cierto que esta leyenda ha perdido cierta vigencia, aún continúa circulando. El año pasado se presentó una variante añadida al hecho de que se producía el secuestro de niños a quienes se les extraía las córneas.


Además, se debe tener en cuenta que en la mayoría de países la donación de órganos es una lucha titánica librada por los familiares de un paciente para salvar su vida o para mejorar su calidad de vida. Más aún si se tiene en cuenta que la casi totalidad de la población es reacia a dar su consentimiento expreso, expresado en el Documento Nacional de Identidad , por considerar que el dato podría convertirles en víctimas de negligencia médica o asesinato, además de contravenir ciertas creencias religiosas.


Lo cierto es que los medios de comunicación ni tampoco ninguna autoridad jamás han confirmado ninguna denuncia de extracción de órganos, pero la sociedad cree que si se puede cometer este crimen, con los cual esta leyendas urbana seguirá presente con cambios correspondientes a cada época.

Referencias

[1] Expresión usada en el Perú para señalar el uso de estupefacientes por parte de delincuentes en víctimas para apoderarse de sus pertenencias
[2] Alcalde, Jorge (2004). Tráfico de órganos, la leyenda. En: Revista Libertad Digital. http://revista.libertaddigital.com/articulo.php/1276224570
[3] Campion-Vincent, Véronique (1990). The Baby-Parts Story: A New Latin American Legend. En: Western Folklore, Vol. 49, No. 1, Contemporary Legends in Emergence. pp. 9-25.
http://links.jstor.org/sici?sici=0043-373X%28199001%2949%3A1%3C9%3ATBSANL%3E2.0.CO%3B2-E
[4] Leventhal, Todd (1994). The Child Organ Trafficking rumor: a modern "urban legend": a report submited to the United Nations Special Rapporteur on the sale of Children, Child Prostitution, and Child Pornography by the United States Information Agency
http://pascalfroissart.online.fr/3-cache/1994-leventhal.pdf
[5] Sottas, Eric (1994). Trade in organs and torture. Presentation and report for Eurosciences Media Workshop. Ginebra: World Organization Against Torture.

jueves, 2 de agosto de 2007

Leyendas Urbanas en Internet

Bienvenidos a este blog que pretende ser un observatorio de "Leyendas Urbanas y Hoaxes en Internet" principalmente de las aparecidas en listas de distribución de Perú. Periódicamente, podrán encontrar un análisis acerca de estas historias, el cual permitirá a las personas discernir si la historia presentada es falsa o no.